Nos acercamos fervorosos al Monumental de Palmaseca, al Coloso de Rozo, a nuestro templo, disfrutando de los espectaculares paisajes que nos ofrece el Valle del Cauca: con los cañaduzales que endulzan nuestro viaje y las montañas de fondo que dejan saber lo majestuosos que somos como ciudad, como departamento y como equipo. Así empieza y se vive una tarde de fútbol en el más fértil de los Valles de Colombia, cuando juega el equipo verdiblanco.