Katherine Tapia: “Los arqueros somos los únicos que no tenemos derecho a equivocarnos”

Su carácter y alegría la han llevado a vestir las dos camisetas de los equipos más representativos de Colombia. Ha pasado por experiencias en diferentes ámbitos que la han llevado a forjar una personalidad inquebrantable, además, de una fortaleza mental envidiable. Cuando dirige sus pensamientos al pasado reconoce lo difícil que fue dar sus primeros pasos en el fútbol.

“Empecé a jugar en Santa Cruz de Lorica, Córdoba. Se me complicó el inicio porque mis padres no me apoyaban y eso era algo que me bajoneaba bastante. Sin embargo, pude encontrar la forma para luchar por mis sueños y salir adelante. Me tocó hacer muchas cosas para llegar al lugar donde estoy ahora y me enorgullece ser la persona que, día a día, se esfuerza para seguir logrando sus objetivos”.

El tabú que existe con las mujeres futbolistas llevó a Tapia, muchas veces, a cometer pequeñas travesuras para poder burlar las prohibiciones de sus padres con el fin de asistir a los partidos. Desde muy niña fue seducida por la pelota, de ahí que, su deseo por jugar a nivel profesional logrará superar todos los obstáculos que se le fueron presentando.

“Siempre busqué la forma de escaparme para ir a los entrenamientos. Una vez por ir a jugar con la selección de Caucasia le pedí a la señora, que me pagaba por trabajar en su casa, que le dijera a mi mamá que yo ese domingo estaba allí laborando. Cuando íbamos camino a la cancha un grupo al margen de la ley nos retuvo, hasta las cinco de la mañana, porque esa zona no se podía transitar en ese horario. Obviamente, mi mamá se enteró y cuando llegué a la casa me pegó una señora pela”.

A pesar de sus escapadas para jugar fútbol Tapia siempre fue muy aplicada académicamente. Los números siempre se le facilitaron y por eso en primera instancia su idea fue dedicarse a esa rama de la ciencia. “Terminé el bachillerato a los 14 años y mi idea era estudiar una licenciatura en matemáticas. Mis padres me inscribieron en ingeniería en sistemas en la universidad de Montelíbano, Córdoba. Cuando me enteré me desmotivé mucho porque yo quería hacer la licenciatura en Matemáticas. Igual terminé haciendo tres semestres y ahí conocí al Club Alianza Sur. En ese equipo empecé mi formación profesional como futbolista”.  

Desde ese momento las puertas del universo fútbol empezaron a abrirse frente a sus ojos. La primera persona que confió en sus capacidades como guardameta fue el ex director técnico de la Selección Colombia Ricardo Rozo.

“Me conoció en una veeduría y me dijo que veía las condiciones en mi para que hiciera parte de la Selección Colombia Sub 20. Viajar a Bogotá y encontrarme con las “super poderosas” fue un sueño cumplido, aunque no pude hacer parte del grupo que viajó al torneo de esa categoría por diferentes razones”.

Aprovechando la estrecha relación que se forjó con el entrenador, Tapia, decidió continuar su vida en Bogotá. Hizo parte del equipo Gol Star y, posteriormente, jugó en la Selección Bogotá. Hasta ese momento esa disciplina era su prioridad, pero llegó el momento de sentar cabeza y pensar en alguna profesión que le asegurará una salida laboral mas confiable.

“Tengo mucha familia en la Policía, yo les decía a mis papás que no quería meterme cinco años a una universidad. Sabía que había otra alternativa donde podía ayudarlos económicamente más rápido y así evitarles el gasto de mi carrera universitaria. Trabajé en la casa de una señora y ahí ahorré un dinero para poder presentar los exámenes en la Policía”.

A continuación, en febrero de 2014 ingresó a la Escuela de Sumapaz en Fusagasugá, donde estuvo un año entero encerrada aprendiendo todo lo relacionado con esa labor. “Cuando terminé el curso decidí presentarme al ESMAD, que es como una especialidad dentro de la Policía, allí pude superar las pruebas que te hacen para ingresar a la institución y me quedé trabajando en Bogotá”.

Y llegó lo impostergable, Tapia alternaba su trabajo en el ESMAD con su carrera como futbolista. Presumía que llegarían situaciones donde no podría cumplir con las dos labores y se vería en la difícil misión de inclinarse por alguna de las dos disciplinas.

“Me costó mucho tomar la decisión de dedicarme 100% al fútbol. En ese momento yo hacía parte de Nacional y les pedía consejos a mis compañeras del equipo y del ESMAD. Me tomé un tiempo para analizar los pros y contras del fútbol y al final terminé escogiendo mi pasión. Mis padres se enteraron mucho después y al finalizar un entrenamiento mi mamá me llamó y me dijo que no quería saber nada de mí porque me había retirado de la Policía”.

Claramente el proceso de aceptación de sus padres fue complicado, pues en la mayoría de países el fútbol femenino no es profesional, por otra parte, en la mayoría de casos no es bien remunerado. Aunque para la tranquilidad de la portera de 27 años sus progenitores terminaron entendiendo las oportunidades que se le estaban presentando y terminaron aceptando la profesión que había elegido. 

Luego de su paso por Nacional tuvo la posibilidad de llegar al América de Cali para disputar la Copa Libertadores 2020 que se llevó a cabo en Argentina. “Lo más interesante de este equipo es su hinchada. La verdad que ellos te obligan a enamorarte de esta institución y cuando uno sale a la cancha sabe que tiene la obligación de representarlos siempre de la mejor manera. Aquí las compañeras me han acogido muy bien y me han hecho sentir como si estuviera en mi casa”.

La escuadra escarlata perdió la final de dicho torneo a manos de Ferroviária tras haber eliminado a Corinthians en la tanda de penales con una actuación estelar de Tapia, quien por caprichos del destino no pudo sellar su performance con una buena actuación en el juego definitorio.

“Lastimosamente pasé de heroína a villana en noventa minutos. Así es esta posición de arquera, creo que somos las únicas que no tenemos derecho a equivocarnos. Después de la final lloré mucho, porque nadie quiere equivocarse en un partido de esos, y a mis compañeras les pedí disculpas por mis desconcentraciones. Seguidamente, vino Catalina Usme a explicarme que todo el equipo había cometido fallas durante el partido y que no cargara yo sola con toda la culpa”.

Finalmente, Tapia anticipó que América tiene la intención de conservar la mayoría del equipo que compitió en Argentina para lograr clasificarse a la Copa Libertadores que se disputara en Chile entre el 30 de septiembre y el 16 de octubre del presente año. “Quiero la revancha y sé que este año vamos a ganar la Libertadores”, concluyó la guardameta americana.

Corresponsal desde Argentina

Julio Maya

En Twitter: @JulioMaya26

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