¡Feliz cumpleaños, Junior de Barranquilla!

Cuando Colombia se encontraba celebrando los 105 años de la Batalla de Boyacá en 1924, Micaela Laverde de Mejía, barranquillera de ascendencia italiana, decidió unificar a dos escuadras de barrio que se dedicaban a jugar fútbol amateur y bautizarlas como Juventud Infantil. A partir de ese 7 de agosto, se escribiría una de las historias más alegres que junto a los carnavales de febrero, componen la idiosincrasia atlanticense. 

Simplemente mire en su televisión cuando dan noticias desde esa zona que compone 7 departamentos y más de 3 millones de personas que siempre habrá alguien con esa camisa rojiblanca y que incluso con su nombre extranjero, ha traído 9 alegrías nacionales a sus hinchas así como la creación y formación de grandes estrellas del fútbol colombiano: El Junior de Barranquilla.

Pero su historia de gloria pasó por varios obstáculos que incluyen procesos como transformarse del amateurismo al profesionalismo, las crisis económicas, los riesgos de descender a la segunda categoría así como las largas sequías sin obtener título alguno en el campeonato nacional. Pero para contar estos procesos, recurriremos a los nombres de unos de los personajes más relevantes en la historia de la institución rojiblanca en tres episodios dramáticos como nostálgicos que el club ha vivido.

Roberto Meléndez y Romelio Martínez

El hecho de que los únicos dos estadios de la ciudad de Barranquilla tengan el nombre de estos dos jugadores, dan a entender la relevancia que tuvieron en el quehacer ‘tiburón’. Precisamente en la década de los años 30 cuando en Colombia aún no había un campeonato profesional sino que se desarrollaba en ligas departamentales, estos caballeros del balón fueron los que posicionaron al Juventud Junior como un férreo equipo en su región.

Romelio como mediocampista llevó a la Selección Atlántico a conquistar los Juegos Nacionales (en aquel entonces el torneo deportivo más relevante en el fútbol colombiano) en 1932 y 1935 junto a Roberto quien en su posición como delantero extremo, convirtieron al Juventud en el equipo más poderoso del amateurismo en nuestro país.

Y gracias a sus hazañas en la punta, Roberto Meléndez se convirtió en el primer jugador colombiano en la historia en ser fichado en el extranjero, puntualmente en el central hispano gallego, de la entonces Cuba capitalista, a finales de la década de los 30.

La dupla Martínez-Meléndez tendría una ruptura dolorosa en 1947 cuando Romelio, ya en retiro y trabajando para el ya oficialmente llamado “Junior”; falleció en un siniestro aéreo a las afueras de Bogotá justamente trabajando para el equipo de sus amores y junto a su hijo Romelio Martínez Jr; esta tragedia enlutó a ‘La Arenosa’ y la memoria del alero se convertiría en un ícono de la ciudad así como de su vecina, Puerto Colombia.

Roberto Meléndez ante el dolor de la partida de su compañero, al año siguiente sería el artífice de profesionalizar al Tiburón desde la dirección técnica ante la ya creada Dimayor y en 1948, el Junior de Barranquilla sería uno de los 10 equipos fundadores del torneo nacional y a su vez sería el primer subcampeón ya que Santa Fe le sacaría 4 puntos de distancia en aquel torneo que se consagraría como el primero en la historia del fútbol profesional colombiano.

Foto vía: elgrafico.com.ar

Juan Ramón Verón y José Varacka

Argentinos ambos y grandes conocedores de la pelota llegarían a las riendas técnicas a finales de los 70’s para darles los primeros dos títulos profesionales a los tiburones en 1977 y 1980.

Para el primer título, la ‘Bruja’ Verón quien cosechaba en su historial como jugador tres Copas Libertadores y una Copa Intercontinental con el club de sus amores, Estudiantes de La Plata, haría una doble función en el club costeño al ser jugador y director técnico en simultáneo y tras ganarle el hexagonal final al Deportivo Cali, haría de diciembre del 77, una fiesta completa al darle la primera estrella a los barranquilleros.

Pero la osadía de jugador-técnico de Verón se debió gracias a que José Varacka al asumir la dirección técnica del club en 1977, renunció a mitad de campeonato y dejó en Verón la responsabilidad de culminar el campeonato, en este caso, de forma muy positiva. Varacka retomaría el banquillo la siguiente temporada y en 1980 volverían a ser campeones profesionales justamente volviendo a ganar la fase final ante el conjunto ‘azucarero’.

Foto vía: dimayor.com.co

Julio Comesaña y Oswaldo MacKenzie 

Quizás estas dos personas sean uno de los máximos referentes contemporáneos de la institución, y no hay por qué dudarlo. Julio, uruguayo, fue jugador de la plantilla campeona de 1977 y luego tras retirarse y dirigir varios clubes en Colombia, en 1993 toma las riendas del Junior quien contaba con una orquesta futbolera grande: José María Pazo, Luis Grau, Alexis Mendoza, Jorge Bolaño, Carlos Valderrama, Miguel Guerrero, Iván René Valenciano y como no, el propio Oswaldo.

Para el final del campeonato y ante un cuadrangular demasiado apretado entre Atlético Nacional, América, DIM y Junior, se llegaba a la última fecha con probabilidades para todos los cuatro equipos de quedar campeones aunque los ‘poderosos’ y los ‘tiburones’ contaban con cierta ventaja. Los partidos serían DIM vs Nacional en Medellín y Junior vs América en Barranquilla en simultáneo y si el ‘equipo de la montaña’ ganaba sin que el rojiblanco lo hiciera, sería el campeón. A partir de allí surgiría la escena más recordada tanto para paisas como costeños.

El DIM le ganó al Nacional por 1 a 0 mientras en Barranquilla el Junior estaba empatando a dos con el América a falta de un minuto para terminar el partido y así coronando a los antioqueños como campeones del torneo.

Pero ante una genialidad de contraataque del Junior tras un tiro de esquina del América, el Pibe Valderrama llevaría a su equipo hasta el arco contrario y tras ver por detrás al ‘Nene’ MacKenzie corriendo sin marca alguna, el Pibe lo habilitó tras un genial pase “de la muerte” y pondría las cosas 3 a 2 para que en Colombia hubiera un nuevo campeón nacional.

La imagen de este título no se dio precisamente en Barranquilla sino en Medellín donde tanto jugadores como hinchas ya se coronaban campeones ante la imposibilidad del Junior de ganar pero ante el gran escenario, la propia “Gambeta” Estrada quien ya se encontraba celebrando con sus compañeros, se echó a llorar cuando le notificaron en vivo y en directo en la televisión nacional que el Junior le había ganado al América. Una imagen desoladora pero alegre en la costa atlántica que tras 13 años de intentos, pudo consagrarse como campeón nuevamente. 

Luego de ese campeonato jugarían la Copa Libertadores de 1994 donde quedarían a escasos once pasos de pasar a la final de no ser por José Luis Chilavert quien le atajaría el último lanzamiento del punto penal a Héctor Méndez y consagraría a los de Liniers a jugar la final ante Sao Paulo en ese año.

Un escenario similar ocurriría 14 años después cuando en el tiempo suplementario de la final de vuelta de la Copa Sudamericana ante Paranaense en Curitiba, el ‘10’ del Junior, Jarlan Barrera, mandaría por las nubes un penalti que hubiera sellado la serie ante el conjunto brasileño y que luego en la misma lotería saldría campeón ante la desolación de los ‘tiburones’ quienes habían ganado todas las fases previas a esa final de la “otra mitad de la gloria” precisamente bajo la dirección técnica de Julio Avelino Comesaña.

El estratega uruguayo ha conseguido como jugador un título y como director técnico dos ligas nacionales así como una Copa Colombia y una Superliga convirtiéndose junto a figuras como la de Teófilo Gutiérrez, Luis Díaz, Carlos Bacca, Giovanny Hernández, César Fawcett más todos los que se han mencionado en este texto, en esa gran familia ‘rojiblanca’ que hoy llega a su nonagésimo sexto aniversario de creación.

¡Feliz cumpleaños Junior!

Corresponsal en Cali

Luis Felipe Romero C.

En Twitter: luchoromcam03

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