The Best: A 74 años del nacimiento de George Best

En tiempos de pandemia y a la espera de lo que será el regreso de la mejor liga del mundo, la Premier de Inglaterra, es necesario evocar la memoria de grandes figuras del balompié británico quienes marcaron un antes y un después en la forma de mirar al fútbol.

No se trata de hablar de títulos o de número de anotaciones sino más bien, de elegancia y revolución. Ambas características permearon todos los aspectos en la vida de un norirlandés quien nació un 22 de mayo de 1946 en su capital, Belfast: George Best.

Quizás para muchos suene desconocido ese nombre puesto que al ser de Irlanda del Norte, no jugó con la Selección de Inglaterra que quedó campeona del Mundo en 1966 de la mano de Sir Bobby Charlton, uno de sus mejores amigos y compañero de goleo en el mítico Manchester United, el mejor club del fútbol británico.

Gracias a su habilidad, fue el creador de la denominada ‘Holy Trinity’ (sagrada trinidad); una tripleta compuesta por Charlton, Dennis Law y él quienes conquistaron la primera Copa de Europa para un club inglés en la historia en 1968 y que estuvieron a muy pocos minutos de ser campeones intercontinentales de no ser porque Estudiantes de La Plata les quitaría esa gloria, pero ese partido merece otro texto.

George Best forjó parte de lo que representa el Manchester United actualmente y sus sucesores al nivel de Roy Keane, Bryan Robson, Paul Scholes, Gary Neville e incluso, David Beckham, siempre lo tratan a él como un “ídolo indiscutido” del club.

Las gambetas que se veían en Brasil únicamente, eran acopladas por ‘The Best’ y a pesar de estar a 5000 kilómetros de distancia, esa magia del fútbol carioca la aprendió George jugando en las canchas, e incluso, en las calles de asfalto de su ciudad natal a principio de los años 60 cuando recién el fútbol moderno daba sus primeros pasos y él nunca se imaginaría que haría parte de esa “fundación”.

A los 17 años debutó con el equipo del norte de Inglaterra quien lo fichó gracias a cazatalentos en Belfast y a partir de allí, todo sería gloria para los ‘Diablos Rojos’. 181 goles en una década, dos ligas y dos supercopas más la ya mencionada Liga Europea, fue su huella en el equipo puesto que a nivel personal doblegaría en números sus títulos con el club ya que sería varias veces pichichi de la liga, miembro de los 100 mejores jugadores de la historia del fútbol mundial elaborado por la FIFA, Balón de Oro como mejor jugador del mundo en el año 1968 e inclusive, un doctorado honoris causa en la Universidad de la Reina en Belfast, Irlanda del Norte, por su contribución al deporte nacional y al buen nombre de su país.

Infortunadamente su vida personal era completamente opuesta a su vida deportiva ya que su tiempo libre y el dinero que obtenía por su contrato en Manchester y contratos comerciales lo llevaron a alcoholizarse. Debido a su popularidad en paralelo a la del cuarteto de Liverpool, fue catalogado como “El quinto ‘Beatle’” y llegó a ser un sex symbol en el Reino Unido a finales de la década de 1960. La fama y el éxito financiero lo hicieron llevar una vida ostentosa y a pesar de su nivel deportivo, en 1974 el Mánchester United decide no renovarle su contrato para la siguiente temporada y a partir de allí y con menos de 30 años, George comenzó a bajar de categoría y rendimiento.

El ‘Bestie’ jugó en países cuyas ligas recién comenzaban a crearse como Sudáfrica y Australia e incluso también en Estados Unidos, donde el fútbol ni siquiera se llamaba ‘fútbol’ sino ‘showbol’; un deporte similar pero con diversas reglas que se diferenciaban del deporte tradicional.

Con el alcohol y los lujos a lo mejor no fue problema para él experimentar por casi 10 años en esas ligas ‘exóticas’ y en 1984 decidiría con 38 años retirarse de la actividad profesional en un modesto equipo de Irlanda del Norte.

Atrás quedaban sus grandes glorias y ahora comenzaba a vivir el retiro aumentando su consumo de alcohol e invirtiendo en negocios fallidos como restaurantes y agencias de viajes. Jugaría algunos partidos de homenaje en Mánchester en la década de los 90 y ya pasados los 50 años, comenzaría a padecer del hígado lo cual lo llevaría a tener que realizarse un trasplante en el año 2002 del que se redujo su esperanza de vida y lo condenó a pasar sus últimos tres años en terapias intensivas por las diversas enfermedades que padecía a causa de su cirugía.

En otoño de 2005 no resistiría más y tendría un colapso multiorgánico y fallecería de 59 años. Días antes de su muerte y a petición propia había sido publicada en un periódico una foto de él en el hospital cuyo título decía: “No mueran como yo”.

Su legado personal quedó en manos de Calum, su único hijo y quien actualmente es modelo y vive en los Estados Unidos apoyando campañas contra el uso y abuso de las bebidas alcohólicas para así evitar que las personas combatan esa adicción la cual no tiene estratos ni recursos para aplacar y destruir la vida de las personas de las peores maneras posibles, así como hizo con “The Best”.

 

 

Corresponsal en Cali

Luis Felipe Romero C.

En Instagram: @lushophrc

 

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