Los ‘cuatro de Liverpool’: crónica de la remontada histórica en la semifinal de Champions League

Si hay algo que caracteriza al fútbol inglés, es el factor sorpresa. Equipos de tercera o cuarta categoría juegan sus partidos a muerte contra las poderosas plantillas de la primera división en los torneos de la FA y siempre nos llevamos grandes e inesperados resultados.

En países como España no se ve esa condición puesto que el nivel del Real Madrid y el FC Barcelona siempre aplacan las diferencias y por ende, ellos siempre se llevan todo el crédito del balompié de su país.

Torneos como la UEFA Champions League precisamente sirven para medir esas diferencias de jerarquía en aras de conseguir la gloria continental y sin importar la fase del campeonato, un encuentro entre ingleses y españoles siempre será el plato fuerte en el ‘menú’ de partidos. Pero lo vivido entre el 1 y el 7 de mayo de 2019 en Barcelona y Liverpool, es algo que sobrepasa cualquier expectativa prevista para los amantes del fútbol.

El contexto: Los ‘culés’ y los del ‘Mersey River’ se enfrentaron en semifinales de la UCL y en el partido de ida tras un brillante desempeño de Lio Messi, el Barça se lleva una ventaja de 3 a 0 y prácticamente que medio tiquete para la final a falta del partido de vuelta en Inglaterra que tendría las bajas de Mo Salah y Firmino, referentes del mediocampo y goleo de los ‘reds’.

La prensa internacional daba como ganador a los españoles y miraban el partido de vuelta casi que como un ‘trámite’ en busca de la honrilla para consolidar una implacable serie que prácticamente ya se veía muerta.

Pero el martes 7 de mayo de 2019 en Anfield, toda la historia del torneo del viejo continente ‘se iría patas arriba’ con el partido de vuelta porque el Liverpool lleno de agallas y con una nómina mixta, doblegaría al campeón del fútbol español y haría el mejor espectáculo que el fútbol nos regaló en la década pasada: Remontar la serie y eliminar al Barcelona de la final de la Champions.

El cotejo arrancó pasadas las 8 de la noche y desde el principio se vio a un Barcelona mal parado en el compromiso con un Sergi Roberto desconectado en su labor de jugar a repeler el ataque inminente y obligatorio que el Liverpool en cabeza de Sadio Mané desde el minuto 0 del partido, tenía.

La función de 5 de Sergio Busquets no daba frutos y por ende dejaba la punta delantera de Messi, Suárez y Coutinho completamente aislada del desarrollo del partido. Sumado a esto, al minuto 7 de la primera, Divock Origi caza un remate que consolida el 1 a 0 para los reds; a partir de ese momento los más de 50.000 espectadores que habían en Anfield tanto locales como visitantes mirarían el desarrollo del partido completamente de pie porque sabían que lo que se venía ante la poca reacción de juego del Barça.

Durante el trámite del primer tiempo se vieron esquivas llegadas del blaugrana a través de “Lucho” y la “Pulga”, pero estas siempre tenían dos resultados: o Van Dijk y Robertson cortaban las jugadas o simplemente, erraban los disparos, como pasó en tres ocasiones. El Barça desconectado de su realidad y el Liverpool con un gol a favor y todas las ganas a tope, se fueron a las duchas con la mente puesta en el milagro.

El pitazo de la complementaria se daría a eso de las 9 de la noche, hora local, y producto de una sustitución de medio tiempo llegaría la alegría completa de los reds: Robertson saldría y Wijnaldum entraría con dos goles para empatar la serie.

Al 54’ y al 56’ logró ganar los centros de Alexander-Arnold y de Shaqiri, respectivamente, para poner el segundo y el tercero en el global y así empatar la serie que desde el partido en España, ya veían completamente liquidada.  A falta de 34’ minutos por jugar, la balanza se iba más por el gol de la victoria del Liverpool más que por un gol del Barça que pudiera liquidar la serie.

Arturo Vidal sería de lo más destacable del visitante marcando y evitando llegadas de ataque pero ni siquiera su esfuerzo podría evitar un error catastrófico español y una jugada inteligente y fuertemente aplaudida de los ingleses que llegaría a falta de 12’ minutos para el final.

Se concede un tiro de esquina para los ‘reds’ y Marc André Ter Stegen en compañía con su zaga de centrales cometen el error más primario que uno debe tener en un córner: marcar el primer palo. Ese lado del arco se encontraba completamente vacío y Alexander-Arnold aprovecha esa falla para cobrar rápido y dejarle el balón a Origi quien llegaría completamente solo a rematar de forma fulminante al arquero alemán y así obtener el cuarto gol que pondría la cereza en el pastel de una de las mayores hazañas deportivas en los últimos tiempos.

De Ernesto Valverde, Josep María Bartomeu, Messi, Suárez y demás, solo se escucharían términos como “noche nefasta”, “frustración”, “decepción”, entre otros, porque el árbitro turco Cüneyt Çakir a eso de las 10 menos cuarto de la noche -hora inglesa- daría por finalizado el partido y al ritmo de “Hey Jude”; la icónica canción de 1970, los cuatro goles del Liverpool evocarían la memoria del cuarteto musical más famoso de toda la historia y oriundo de esa ciudad: Los Beatles.

Posterior a ese partido, el 1 de junio los ‘reds’ se medirían antes los ‘spurs’ en el Wanda Metropolitano en la final del torneo y se consolidaría como el mejor equipo de la temporada europea a través de la constancia y las ganas de nunca darse por vencidos, incluso, con una serie perdida 3 a 0 ante el Barcelona.

 

 

Redactado por:

Luis Felipe Romero C.

En Instagram: @lushophrc

 

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