Dentro de los imaginarios que existen en relación al moderno fútbol italiano, siempre se tienen presente únicamente a tres referentes de equipos como máximos campeones: La Juventus (33), el Internacional (16) y el AC Milán (15); estos clubes acaparan cerca del 75% de todos los palmarés que hay en el país neroazurro, pero debajo de esos equipos se encuentra el Torino FC, rival acérrimo de la Vecchia Signora al ser de la misma ciudad y que con siete scudettos está incluido dentro de un eventual ‘top 5’ de mejores equipos del calcio.
De los siete títulos que poseen en sus vitrinas, cinco de ellos lo consiguieron de forma ininterrumpida en la década de los años 40 y esa condición de pentacampeón era gracias al gran equipo de jugadores que se robaban la mirada de todos los seguidores de fútbol europeos y que eran de los pocos focos de entretenimiento en la Italia posfascista y posguerra.
El gran Torino, era como se le conocía a esta plantilla de grandes estrellas quienes el 4 de mayo de 1949 tendrían su última travesía en vida. El culpable: la baja nubosidad y el fallo de un altímetro que haría colisionar a un avión con una catedral y así darían pie a lo que fue la Tragedia de Superga.
La cúspide de una Basílica en una pequeña localidad aledaña al aeropuerto de Turín, al norte de Italia, segaría la vida de 31 personas entre las cuales se encontraban 18 jugadores, 2 miembros del cuerpo técnico y 2 dirigentes del Torino, en aquel entonces, el mejor equipo de fútbol en Italia.
El resto de los fallecidos comprendía entre periodistas deportivos y los miembros de la tripulación completando una lapidaria cifra de 31 personas que perecieron por las inclemencias del clima primaveral y por la avería del sensor de altitud del avión que causó que los pilotos no se percataron que se encontraban a poco menos de 650 metros sobre el nivel de suelo mientras la máquina proyectaba los 2000 metros. Un cálculo fatal que solo pudo descubrirse cuando colisionaron contra un muro de concreto de la fachada principal del templo católico.
Los medios de comunicación y la sociedad italiana quedaron consternados ante esta tragedia y sus efectos fueron irreparables tanto para las familias de las víctimas como para el calcio en sí. Es que de los 18 jugadores que se habían convocado para el Mundial de Brasil de 1950, diez eran parte del Torino y jugaban en el once inicial.
Al nivel de equipos tales como el Barcelona y el Real Madrid con su selección en 2010 o el Bayern de Múnich en 1974 con Alemania Occidental, el Torino era la base del seleccionado nacional y tras su trágico deceso, los transalpinos disputaron el Mundial con una nómina renovada y con poco tiempo de preparación que como resultado hizo que quedaran eliminados en primera fase de la Copa a la que era hasta entonces, la mejor selección del mundo con su bicampeonato en 1934 y 1938.
A través de la unión y solidaridad, el equipo italiano atravesó sus peores días de dolor así como también de incertidumbre al tener una ausencia humana pronunciada. El campeonato de esa edición declaró como campeón al equipo y River Plate de Argentina organizó un partido amistoso en aras de recaudar fondos para el conjunto de Piamonte.
El gran Di Stefano organizó este cotejo y la masiva asistencia al compromiso ayudó a solventar al club quien debía ponerse a la tarea de reestructurar su nómina profesional y administrativa.
La ayuda del conjunto ‘millonario’ es un gesto que inclusive a la fecha, sigue siendo eternamente agradecido por los italianos ya que en honor a ello, su uniforme de visitante es de color blanco con una franja roja en honor a los argentinos por su ayuda que a pesar de que no apaciguaba el dolor de la muerte, fue un estimulante que permitió que el Torino hoy, 71 años después de la Tragedia de Superga, continúe siendo miembro indiscutible de la Serie A cuyo último scudetto data del año 1976.
Redactado por:
Luis Felipe Romero C.
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