La Boda de Oro más bochornosa: 50 años de la captura y liberación de Bobby Moore en Bogotá

Corría el mes de mayo de 1970 y el mundo deportivo estaba a la espera de que iniciara el campeonato mundial que se iba a disputar en México donde se tenían las boleterías completamente agotadas para ver figuras de lujo como Tostao, Pelé, Gerd Müller, Franz Beckenbauer y como no, a los recientes campeones del mundo a la altura de Gordon Banks, Sir Bobby Charlton, Jimmy Greaves, Geoff Hurst (quien en la final de 1966 hizo un hat-trick ante Alemania para darle el título a su país) y por supuesto, su capitán, Robert Frederick Chelsea, mejor conocido como Bobby Moore.

Los favoritos a la Copa eran los británicos junto a los cariocas y en vista de que por primera vez un torneo mundial se realizaría en un país con sedes cuya altitud era por encima de los 2000 metros sobre el nivel mar como Ciudad de México, Puebla y Toluca, el técnico mundialista y campeón en el 66 con Inglaterra, Sir Alf Ramsey, había previsto realizar una pretemporada en regiones con características climáticas similares a las de las sedes aztecas en el torneo. A su elección jugaron en Quito y Bogotá ante los seleccionados nacionales en sus respectivos estadios y a partir de allí, comenzaría esta bochornosa novela.

Después de ganarle 4 a 0 a la Selección Colombia en ‘El Campín’, Ramsey decide darles un día libre a sus jugadores que se hospedaban en el refinado hotel Tequendama de la 26 con 10 en el centro de la ciudad y que tenía dentro de sus instalaciones la joyería “Fuego Verde”.

En esa jornada del 18 de mayo de 1970 se acercaron unos irreconocibles y casuales Bobby Charlton y Bobby Moore a mirar artículos para llevarle a sus esposas cuando regresaran a su país. El reblujo que pidieron del mostrador: un brazalete de oro con incrustaciones de esmeraldas y diamantes.

Aún sigue siendo un misterio cuál era su precio, pero los ‘Bobbys’ decidieron no llevárselo, y justo después de su salida del local, la vendedora que los atendió, Clara Padilla, se percató que el brazalete no estaba en su poder e inmediatamente le notificó a su jefe, Álvaro Suárez, quien dio aviso a los agentes de seguridad del hotel quienes revisaron a los dos jugadores y que sin mayor lío, continuaron su trayecto hacia sus alcobas después de ese chequeo donde no se les encontró nada.

En el trasegar de la gira por Colombia y Ecuador, jugaron su último partido en Quito justo antes de viajar hasta México para ubicarse en su sitio de concentración asignado y ante la ingenuidad de la Federación Inglesa, deciden hacer la escala en Bogotá en lugar de Ciudad de Panamá.

Esa decisión sería letal porque justo después de aterrizar en el Aeropuerto El Dorado, se encontraron en el área de equipajes dos agentes del DAS (Departamento Administrativo de Seguridad) junto a Pedro Dorado, juez de la República, quien tenía en sus manos la orden de detención contra Bobby Moore por el hurto del brazalete de oro del hotel Tequendama.

Parecía una novela propia de la trama policial, pero era real: el capitán de la selección campeona del mundo, quien 4 años antes había estrechado la mano de la Reina Isabel II la cual le entregó el trofeo Jules Rimet en Wembley, estaba siendo ahora llevado hacia los calabozos.

Un jugador de tal nombre y experiencia se comparaba con los maleantes que eran apresados en Bogotá y estaba ad portas de compartir celda con ellos. El revuelo deportivo, mediático y político sucumbió las frías calles de la ciudad e inmediatamente el propio Alf Ramsey aseguró que Bobby no tenía la necesidad de robar nada porque él tenía el dinero suficiente para “comprarse todo el hotel”.

Algunos simpatizantes del seleccionado inglés se asentaron a las afueras de la embajada colombiana en Londres en señal de protesta gracias a que su capitán y máximo referente, estaba siendo embaucado en una falsa acusación.

Ante el malestar generado entre los dos países, el canciller del Reino Unido, Michael Stewart, se había contactado con su homólogo colombiano, López Michelsen, expresándole la importancia que esta situación tenía dentro del gabinete del primer ministro, Harold Wilson, segundo al mando en la isla, y que solicitaba una resolución efectiva del arresto de Moore.

Y fue Alfonso Senior, presidente de la Federación Colombiana de Fútbol y fundador de Millonarios, el que intercedió por Bobby ante el juez Dorado. Pudo lograr conseguir que éste no fuera llevado al calabozo sino que el propio Senior ofreció su hogar para que se pudiera aplicar la casa por cárcel y evitar que pasara la noche en las mazmorras.

Dorado accedió pero bajo la estricta condición de que Moore tenía que presentarse en su despacho al día siguiente a primera hora del día y que los agentes del DAS tenían que estar de tiempo completo con él.

Mientras el ‘6’ de Inglaterra se trasladaba a la casa de Alfonso, muchas personas especularon sobre el porqué de su detención. Algunos aseguraron que fue una coartada de los brasileños contra los ingleses para boicotear su participación en el mundial así como otros pensaron que se trataba de una broma entre los propios jugadores anglosajones y que al ser Moore el capitán, este tenía que responder ante todos. Pero dichos rumores nunca llegaron a ser confirmados. Pasó la noche y cenó con Vicky y Alfonso Senior, hija y padre, respectivamente.

Al día siguiente ante el primer rayo del sol, Bobby salió a entrenar en el parque contiguo a la casa y como no tenía su utilería, Alfonso le prestó una sudadera de Millonarios, el aquel entonces, mejor equipo del Fútbol Colombiano y que se puede dar el lujo de decir que en sus filas pasaron referentes como Adolfo Pedernera, Gabriel Ochoa, Alfredo Di Stéfano y por 60 minutos y con una sudadera…Sir Bobby Moore.

Llegaron al despacho judicial como se había acordado y Valverde, un abogado asignado por la British Embassy, contrastó la declaración de Padilla y Suárez que aseguraba que Robert se había guardado el brazalete en su bolsillo izquierdo pero ante la suspicacia del licenciado, se pudo demostrar con la prueba física que el chaleco de Bobby ni siquiera tenía bolsillos.

Ante la falta de pruebas y la irrefutable inocencia del zaguero del West Ham, el juez Dorado decidió dejarlo un día más en Colombia y para el 28 de mayo, se le concedió la libertad condicional con el único requisito de que debía reportarse en la embajada colombiana en México apenas llegase al país ‘manito’.

Como una especie de mal agüero por el arresto de Bobby, Inglaterra sería eliminada en la segunda fase del mundial por Alemania y hasta la actualidad las únicas dos veces que ha alcanzado las semifinales del torneo han sido en 1990 y recientemente en 2018.

Al igual que la Copa de 1966 y Moore, ya son únicamente un recuerdo del pasado porque a Robert se le diagnosticó un cáncer de colon que a sus 51 años lo harían partir de la tierra dejando atrás una carrera deportiva y profesional exitosa y el misterio del brazalete de oro del Hotel Tequendama de 1970.

Así como Bobby abordó el avión rumbo al DF, del caso judicial y del brazalete nunca se supieron sus finales. Algunos años después se descubrió que el propio Álvaro Suárez fue el que había realizado ese auto-robo, aprovechando la visita de los jugadores ingleses al Tequendama y posteriormente fue llevado a la cárcel.

De Clara Padilla, la vendedora de la joyería, se supo que se radicó en Estados Unidos y Alfonso Senior, a mediados de la década de 1980 en un viaje a Inglaterra, se encontraría con el propio Bobby Moore pero sin entrar en detalles del ridículo que habían hecho con él en 1970 sus compatriotas. Lo único que se pudo rescatar de ese episodio es que Senior y Moore se volvieron amigos y nunca más volvieron a  tocar ese tema del brazalete.

 

 

Corresponsal en Cali

Luis Felipe Romero C.

En Instagram: @lushophrc

 

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